Si las paredes hablaran, nos contarían que los silencios también pueden disfrutarse en compañía, que los momentos de calma a veces esconden las sensaciones más intensas y que es posible decirse un millón de cosas sin mediar palabra, con una simple mirada.
Y es que, si las paredes de aquella habitación hablaran o las paredes de cada lugar en el que estuvimos por primera vez, nos contarían que cada palabra fue sincera, que cada mirada fue especial, que cada beso fue intenso y verdadero. Esas paredes fueron testigo de lo que ocurrió cada uno de los días que nos vimos Y nos veremos, claro que nos volveremos a ver. Con las mismas ganas que nos conocimos, nos encontraremos. Puede que por mis dudas tardemos un poco más de tiempo...
Y si yo hablara, puede que para entonces nos olvidemos de que una vez lo fuimos todo y yo no supe verlo de la misma forma en que lo veías tú. Con mi egoísmo, siempre queriendo más de lo que tuve o, quizás, teniendo más de lo que quise. Y quise lo mejor para los dos, pero miré sólo por mi misma. No vi ese amor que me mostrabas, o no quise verlo, por miedo de hacer daño. Y ya no sé si a ti o a mi. Los dos hemos sufrido por un amor quien sabe si correspondido, y no quiero que volvamos a pasar por lo mismo.
Sé que podríamos hacerlo diferente, pero es que en mi mente no solo estás tú. Me diste un tiempo y, fíjate, yo he conseguido salir hacia delante, pero, ¿y tú? Tú sigues viviendo del pasado. Ya no me sirven tus reproches de lo que hicimos mal. Ya no me creas ninguna duda.
Vive y deja vivir. No angusties a nadie. No lo abarques para ti solo. A una persona hay que quererla libre.
Comentarios
Publicar un comentario