Hoy, como un día cualquiera, cogí papel y boli y decidí anotar todas las reflexiones que he tenido a lo largo de esta semana y, al poco rato, me encontré ojeando mi antiguo diario. Esperé encontrarme cualquier chorrada de las que escribía hace 4-5 años y, ¡qué caprichoso el destino!, encontré tu maldita carta... Volví a ver tu nombre, volví a reconocer tu letra, volví a escribir de ti... Y qué irónica fue mi reacción. Abrí el diario, reconocí tu letra y esa esquinita que siempre doblabas, e inmediatamente, lo cerré. No sé si quise leerla o no. La primera vez que lo leí fui la más feliz del mundo al saber que pensabas en mi, que lo hiciste porque me querías. Luego descubrí que fue un engaño, lo hiciste por aparentar y eso, querido, te deja en mal lugar. No sé si debería o no compartir la carta, pero, ¿quién va a leerme? Nadie sabe de la existencia de este blog. De mi blog. Y aquel que lo lea, supongo que no sabrá de quien estoy hablando (o puede que sí). Sin más rodeos, voy a p
Soy una futura estudiante de Marketing y Publicidad. Apasionada de la vida desde un punto de vista un tanto cinematográfico. Enamorada de las novelas románticas. Respetuosa y sincera ante la gente. Responsable de mis actuaciones. Feliz de ser quien soy y esperanzadora de con quien seré.