Ir al contenido principal

Vida: brillante o apagada

Hoy, no hace mucho, estuve pensando qué rápido pasa el tiempo, y cómo cambiamos algunos. Sí, me incluyo, porque me doy cuenta que el cambio es indispensable en la vida de cualquier ser vivo. No hay más que compararse (aunque sean odiosas las comparaciones), no hay más que ver que no podemos pretender ser como una vez fuimos. Hay muchas situaciones vividas que nos hacen cambiar. Nunca se sabe si para bien o para mal. Y personas, personas que nos hacen ver el mundo desde el otro lado del catalejo, para que podamos observar que hay múltiples estrellas en el cielo y que por mucho que brille una de ellas no debemos dejar de observar las que se están apagando, las que un día fueron tan luminosas hasta que decidieron apagar su luz porque se vieron solas en un espacio tan inmenso. Y verse solo ante cualquier situación es motivo de apagar tu propia luz, de encerrar tu seguridad, de disminur tu estima, de vivir del olvido... Hasta que llega alguien, que te hace ver que no tienes por qué tirar la casa por el tejado y que no está de más que te echen una mano de vez en cuando. Te enseña a dejar de lado el catalejo, a dejar de fijarte con detalle en el brillo de cada estrella y a disfrutar de su conjunto a pleno cielo abierto. Te muestra que no solo existen las estrellas, también hay otros cuerpos celestes en el universo. Y entonces comprendes que la luz que te estaba apagando era la de la soledad y que lo que necesitas realmente es... personas a tu alrededor que aporten experiencias, momentos inolvidables, satisfactorios y, sobretodo, que aporten confianza y lealtad. Y ahí verás lo que te puede cambiar una persona (o varias) en un preciso instante, justo cuando estabas a punto de apagarte por completo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Si dejáramos de lado todo aquello que nos duele...

Si dejáramos de lado todo aquello que nos duele, tendríamos un sitio para volver a ser alguien diferente. Donde poder sentirse bien con uno mismo, sin importancia alguna de la opinión de los demás.  Si dejáramos de lado todo aquello que nos duele, podríamos ver más allá de nuestras ilusiones y, con un poco de suerte (y también de fe), conseguir aquello que más deseamos. Disfrutar de cada momento de nuestra vida y de cada detalle que va marcando la diferencia, de que todavía es posible ser feliz, dejando atrás todo el dolor que una vez pudimos o nos hicieron sentir. A veces, es muy difícil olvidar, pues ya es bastante grande la coraza para olvidarlo todo y poder ser feliz. Y solo aparentas ser feliz para los demás. Para que no te pregunten qué te pasa, si estás bien, por qué cosas has pasado que hacen que te duela tanto. Y es que es tan complicado explicar algunas cosas. No estás preparado para afrontar que te echen en cara las actuaciones y actitudes que tuviste en cada cosa que su

Ahora que te vas...

No me puedes hacer esto, no ahora que te vas. Aprovechar en días lo que me hubiera gustado disfrutar de ti en años... ¿Por qué eres así? Tan tuyo, tan de ti y de nadie más. No me puedes hacer esto, no ahora que te vas. Porque te vuelves a ir. Y como otras veces, regresarás con arena de otras playas. ¿Por qué siempre vuelves? Si ya has visto el mar reflejado en otros ojos. Si ya has olido el verano en otra piel. Si ya has saboreado el agua salada en otros labios. Si yo no tengo nada que hacer contra todo eso. Entiendo que hay otros paraísos por descubrir... No me puedes hacer esto, no ahora que te vas. ¿Por qué te vas? Tenías que aprovechar ahora para decirme parte de lo que sientes o, quizás, solo sientas eso, una mera posesión. Querer. Quieres algo que pudiste tener y lo dejaste ir. Vete tú a saber por qué. No me puedes hacer esto, no ahora que te vas. ¿Por qué ahora? ¿Por qué te has esperado a saber que te ibas? Si ya me lo dijiste hace tiempo, si ya tuviste los huevos de decírmel