A veces los detalles más simples son los que consiguen cambiarnos el día. Como salir de casa sin rumbo fijo y caminar entre la multitud, absortos en nuestros pensamientos, observando y abrazando lo que nos hace diferentes. En muchas de esas ocasiones, encontramos algo que ni siquiera estábamos buscando.
Como puede ser una nueva amistad o un nuevo amor. Esa persona que te crea una plena confianza tanto en ti misma como en él. Esa persona que te enseña su punto de vista y te hace cambiar el tuyo, en el que te olvidas tu racionalidad sobre los actos y dejas fluir la impulsividad, te nace el instinto de querer saber más y no dejar de hablar con esa persona y solo pides que no se vaya, que no se aleje, que no se canse, porque de verdad te hace falta y sus caricias, sus besos, sus gracias; simplemente con él a ti te basta.
Y eso me sucede a mi, y me aterra este sentimiento que de mi nace, porque de verdad que no quiero hacer daño, y no sé si arriesgarme y pegarme la hostia de mi vida o retirarme ahora que estoy a tiempo. No quiero estropear la amistad que surgió y se quede en un lío de un par de días. cariño, yo lo que siento siempre es verdadero, yo no miento, se tratan de mis sentimientos. Pero quizás yo no sea la indicada y aún estoy a tiempo de retirarme en esta batalla que solo yo puedo salir perdedora.
A veces los detalles más simples son los que consiguen que te des cuenta en realidad de cómo va la vida a tu alrededor, y te pares a pensar si lo que vas a hacer va a ser a tu favor o a tu contra; a favor de gente querida o desconocida y, te sientes culpable al querer solo para ti algo que debería disfrutar el resto. Por ejemplo, de tu sonrisa.
Como puede ser una nueva amistad o un nuevo amor. Esa persona que te crea una plena confianza tanto en ti misma como en él. Esa persona que te enseña su punto de vista y te hace cambiar el tuyo, en el que te olvidas tu racionalidad sobre los actos y dejas fluir la impulsividad, te nace el instinto de querer saber más y no dejar de hablar con esa persona y solo pides que no se vaya, que no se aleje, que no se canse, porque de verdad te hace falta y sus caricias, sus besos, sus gracias; simplemente con él a ti te basta.
Y eso me sucede a mi, y me aterra este sentimiento que de mi nace, porque de verdad que no quiero hacer daño, y no sé si arriesgarme y pegarme la hostia de mi vida o retirarme ahora que estoy a tiempo. No quiero estropear la amistad que surgió y se quede en un lío de un par de días. cariño, yo lo que siento siempre es verdadero, yo no miento, se tratan de mis sentimientos. Pero quizás yo no sea la indicada y aún estoy a tiempo de retirarme en esta batalla que solo yo puedo salir perdedora.
A veces los detalles más simples son los que consiguen que te des cuenta en realidad de cómo va la vida a tu alrededor, y te pares a pensar si lo que vas a hacer va a ser a tu favor o a tu contra; a favor de gente querida o desconocida y, te sientes culpable al querer solo para ti algo que debería disfrutar el resto. Por ejemplo, de tu sonrisa.
Comentarios
Publicar un comentario